Después de tanto tiempo huyendo me encontré con una hermandad un tanto extraña ya que sus miembros son bastantes discretos y ninguno respondió a mis preguntas. Hasta que un nerubiano me llevo a una zona apartada y dio respuesta a algunas de mis dudas. Mi creciente interés en dicha hermandad hizo que jurase no revelar a nadie acerca de la que seria mi nueva hermandad.
El Gremio de las Sombras es una hermandad dedicada a las oscuras artes y está dividida en 3 ramas, Militar, Eclesiástica e Investigación. Me habló detenidamente de cada rama y tenía claro que clérigo no me podría hacer ya que mi comunión con los elementos me lo impedía. La rama Militar tampoco me gustó ya que a mis espaldas tenía mil aventuras y por mis armas había corrido sangre de multitud de enemigos, así que me decanté por la Investigación ya que me ayudaría en mis experimentos inconclusos con la saronita, así como la invención de nuevos cachivaches por medio de la ingeniería.
Llego el momento de la cita, en las ruinas de la otrora poderosa ciudad de Lordaeron, maldita por la traición producida por el principe Arthas que llevó a la plaga a sus puertas y ademas asesinando a su propio padre. A la hora de la cita vi que llegaban una sacerdotisa con un guerrero y un brujo. Poco despues llegaron dos caballeros de la muerte, una elfa despapante incluso en la no-muerte y un goblin que parecia que le habia pasado un demoledor por encima.
El Gremio de las Sombras es una hermandad dedicada a las oscuras artes y está dividida en 3 ramas, Militar, Eclesiástica e Investigación. Me habló detenidamente de cada rama y tenía claro que clérigo no me podría hacer ya que mi comunión con los elementos me lo impedía. La rama Militar tampoco me gustó ya que a mis espaldas tenía mil aventuras y por mis armas había corrido sangre de multitud de enemigos, así que me decanté por la Investigación ya que me ayudaría en mis experimentos inconclusos con la saronita, así como la invención de nuevos cachivaches por medio de la ingeniería.
Llego el momento de la cita, en las ruinas de la otrora poderosa ciudad de Lordaeron, maldita por la traición producida por el principe Arthas que llevó a la plaga a sus puertas y ademas asesinando a su propio padre. A la hora de la cita vi que llegaban una sacerdotisa con un guerrero y un brujo. Poco despues llegaron dos caballeros de la muerte, una elfa despapante incluso en la no-muerte y un goblin que parecia que le habia pasado un demoledor por encima.
Al parecer la elfa era la Suma Ejecutora de la hermandad y ademas lider de la Rama Militar del Gremio y el goblin era el mayordomo o el esclavo, algo que no me quedó muy claro. Nos empezo a preguntar como habiamos oido hablar del Gremio y cada uno contó su historia. Cuando acabamos fuimos a hacer el papeleo para empezar en el Gremio, asi que bajamos a Entrañas, ciudad que me encanta desde hace mucho tiempo cuando estuve trabajando un tiempo con los boticarios que me enseñaron algunas cosas.
Una vez firmados los contratos, en los que se nos preguntó nombre, apellidos, familiares, la Suma Ejecutora nos guiaria al Camposanto a ver a otro importante miembro del Gremio para conocerle; asi que me monté en mi moto y junto con el brujo quedamos en las ruinas con la Suma Ejecutora que tenía que ir a por la montura. Una vez reunidos fuimos al Camposanto donde este alto rango nos inspeccionó a todos y nos hizo algunas preguntas.
En ese momento empecé a oir la voz que tanto me ha estado atormentando desde que volví de Ulduar y al perder el control me puse a gritar como un poseido y llame la atención de los congregados. Después me desplomé y entré en ese sueño que a veces me poseia para despertar al momento siguiente que oí a la Suma Ejecutora que queria hacer morcillas conmigo. Mi castigo por esta falta fueron unos latigazos propinados por el compañero guerrero pero al estar curtido en mil batallas y aventuras fueron caricias nada mas.
Despues de dichos latigazos se convino que iriamos al Sepulcro al dia siguiente a conocer a la lider del Gremio, por lo que me fui a la taberna a comer y beber para después dormir.
