Instantaneas

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miércoles, 27 de noviembre de 2013

IV - Un recuerdo

   Mientras aguardaba en la cripta bajo la atenta mirada de la doctora, empece a recordar mis aventuras y desventuras; como había acudido a la llamada de la gloriosa Horda por defender sus territorios y repeler los múltiples peligros.
   Surgieron nombres y caras de la gente con la que luche codo con codo, celebre victorias con abundante cerveza enana, llore las amargas derrotas; de entre todos esos nombres y esas caras sobresalía una, mi viejo camarada y quien me enseño a ser quien soy, el temible elfo de sangre paladín Bloodjol. Desde que me separe de el hará bastante tiempo no he sabido nada de el, ademas del hecho de haberme tenido que esconder y llevar una nueva vida.

   De repente en medio de los recuerdos, vino un acólito de la hermandad a traerme una especie de carta. Le pregunte quien se lo había dado y me respondió que el tabernero la encontró en una mesa y dijo en voz alta tu nombre. En ese momento estaba yo comiendo, así que le pedí la carta y se la he traido lo mas rápido posible.
   Estuve observando varios minutos la carta, efectivamente estaba dirigida a mi pero no traía remitente. La abrí y estuve leyéndola un buen rato.
   Tras releerla varias veces no me lo podía creer, el maldito goblin seguía vivo y encima escondido en las profundidades de la Montaña Roca Negra, en la taberna en la que los hierro negro beben hasta quedar rendidos. Tengo que ir hasta allí para hablar con ese maldito goblin y me diga lo que sabe, pero antes tengo que entrar en esta hermandad y buscar alguna excusa para poder ir tan al sur, ya que Lady Lorelay sospecha de mi y a la mínima que le permita me matará.
   Me guarde la carta y estuve reflexionando como podría hacer dicho viaje sin levantar sospechas, ya que dicho viaje es bastante urgente para mi. En cuanto me guarde la carta apareció la doctora para ver como me encontraba, la dije que bastante bien y que me encontraba en plena forma. Después estuvo viendo a Ixirel que continuaba profundamente dormido,por lo que decidió dejarlo descansar un tiempo mas. Pasó a ver a Azalais que había tenido extraños sueños en forma de pesadillas y mientras la observaba, Ithellian se me acerco y me pregunto cual era el motivo de mi viaje al sur (ya que le había pedido permiso a la doctora y el consejero nos había estado observando). Le dije que no podía desvelarlo y que era un viaje relacionado con mi pasado. Al rato estuvieron hablando la doctora y el consejero.

   Tras unos minutos en silencio se escucho una terrible carcajada y vimos asomar al Alguacil Belmont y yo aterrado de que me reconociese me eche para atrás y me dispuse a oir lo que pasaba. Al parecer nos buscaba para encargarnos un trabajo al parecer muy sencillo, traer de vuelta una caja.
   Nos dijo que fuera de la cripta estaba su "amigo" esperándonos para partir a dicha misión. La doctora estaba muy indignada por dicha misión y que dicho alguacil era un ser despreciable, pero saco un buen trato, un cargamento de mandrágoras y otros utensilios varios para el Culto.
   Al salir nos encontramos con dicho individuo, un elfo de sangre, que nos indico que había una jovencita que buscaba al Culto. Se nos unió temporalmente para realizar dicha misión. Salimos del Sepulcro y estuvimos buscando en una zona donde había habido recientemente un ataque huargen. La doctora vio al instante la caja y una vez en el lugar instamos al elfo a que nos contase que se traía Belmont entre manos. Se abrió la caja y descubrimos lingotes de oros y el elfo empezó a contarnos su historia, que había comprado a Belmont un artefacto mediante este oro de contrabando.
   Decidimos guardar silencio y cargar la pesada caja en el escorpión de ambar que había traido para dicho viaje; al llegar al Sepulcro nos esperaba Belmont con varios de sus Guardias de la Muerte, asi que depositamos la caja en el suelo para que se la llevara y antes de irse le dijo al Magister que se pasara al dia siguiente a por su recompensa. Dicho elfo nos invito a una ronda y cuando estábamos cerca de la taberna murió atravesado por una flecha invisible. Cuando nos disponíamos a llevar el cuerpo apareció Belmont queriendo saber que ocurria y entonces la doctora estalló.

viernes, 15 de noviembre de 2013

III - Sucesos extraños

   "NO, NO, NO TE ACERQUES" exclamé asustado mientras estaba durmiendo; era una pesadilla bastante recurrente desde mi vuelta de la campaña de Rasganorte, un precio que pagué por volver vivo aunque no tan cuerdo como cuando fui tiempo atrás.

   Me desperté sobresaltado y vi donde estaba, en la taberna del Sepulcro en el Bosque de Argenteos, territorio renegado. En la puerta estaba Landuriel Quemansol esperándome para ir a la reunión ya que al parecer su hermano había quedado bajo control mental de la doctora tras un experimento con cierto veneno.
   No le dije nada, me levanté y bajé con el a comer algo y beber unas cervezas. Fuimos a ver a su hermano a las criptas y me encontré con Lady Lorelay tan fría como el hielo, a Athellian el consejero, a Azalais que estaba de ayudante de la doctora Helel Blavatsky que estaba tratando al paciente. Intentó la doctora con una poción que al parecer no hizo efecto en Ixirel, el hermano de Landuriel, y comentó la posibilidad de hacer una cirugía en caso de que el ritual de traerlo a través del mundo de los espíritus no funcionara.
   Yo le comenté la posibilidad de usar a los elementos para intentar traerlo o incluso una posibilidad mas escalofriante, usar la "caja de puzzles de Yogg-Saron", un artefacto muy poderoso y extraño que tiene muchas incógnitas pero que también tiene muchas soluciones; la doctora estudió un momento mi propuesta y convino que en caso de que no funcionara el ritual podriamos probar.
   El ritual se llevó a cabo durmiendo y haciendo entrar en hipnosis al paciente. Al cabo de un rato el paciente recuperó de una forma muy rápida y milagrosa y yo empece a sentir algo oscuro y extraño.
   Un momento después empecé a perder el control y lance un tótem de sanación y me transforme en un Ascendente, transformación usada solamente en casos de urgente necesidad, y empece a gritar en nerubiano. Lady Lorelay y Sir Athellian vieronme y me preguntaron que había pasado, les comente que habia perdido el control pero que ya estaba bien. Lady Lorelay, muy dada a bañar su espada en sangre, quiso darme una muerte rapida pero la doctora hábilmente la convenció para que no fuera así.
Me hizo unas cuantas preguntas y se interesó por mi caso ya que podría estar poseído por algún ente maligno y de ahi las voces que oia.

   La doctora me dio una poción que solo consiguió que gritara en nerubiano: " FION ES MIO" y una razón mas de peso para que me quisieran muerto y luego volver a levantarme. La doctora dijo que no era una buena decisión ya que al reanimarme el ente que me poseia podria entrar en mi nuevo cuerpo y podria ser peor.
   Al final se decidió que Ixiel, Azalais y yo quedáramos bajo observación antes de realizar el viaje al sur planeado.