Instantaneas

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martes, 28 de abril de 2015

XIV - Sueños... o tal vez no

   Es una tarde fantástica, estoy jugando con mis amigos en la granja de mi padre, corre algo de brisa. Mis hermanos mayores marcharon a Ciudad Capital a comprar grano, para poder sembrar la cosecha, ya que esta llegando el final del verano. Empiezo a notar que algo no va bien, el aire se ha enrarecido y no hay viento, miro al alrededor y mis amigos no están. Siento mucho miedo y voy corriendo hacia casa, pero en ese momento veo que la tierra empieza a temblar y a desquebrajarse; paralizado por el miedo observo como viene una nube de polvo hacia mi, me parece reconocer a mis hermanos, a los vecinos cercanos e incluso a algún primo de la vecina Remol. Horrorizado quedo al ver que están desfigurados y muertos, según se van acercando a mi. Intento correr pero el miedo me ha paralizado y me echo a llorar pero no hay lágrimas que salen de mis ojos. Miro mis manos y no me puedo creer lo que ocurre, entonces...

   Me despierto sudando y mirando a todos lados, veo a mi compañero durmiendo y las rocas en donde nos refugiamos camino al norte. Intento volver a dormirme mientras contemplo las estrellas en la noche pero no consigo conciliar el sueño. algo se revuelve en mi interior. Me levanto y voy paseando un poco por los alrededores del improvisado campamento mientras inspecciono mentalmente la presencia de alguna fuerza elemental cercana pero se respira tranquilidad en la zona, así que miro en mi interior y percibo esa mancha negra que me acompaña desde Rasganorte y que es muy posible que sea la culpable del sueño que tuve.
  Unas horas después se ponen en marcha y siguen el peligroso camino entre pueblos humanos y algunos enanos, para llegar al puente de Thandol y entrar en los dominios de los Renegados en las Tierras de Arathi, donde el poblado de Sentencia vigila la zona. Al alba llegan a Sentencia en donde son recibidos por el tabernero que ya conoce a Snotling y conversan hasta la madrugada.

   Mientas tanto en Darnassus, Tinuviel conversa con un viejo amigo en una de las diversas tabernas:

Tinúviel: "Querido Beraayaro, he pasado unos días muy mal, este asunto me tiene revuelto el estomago."
Beraavaro: "Tinúviel, tranquilo. En unos días ese dolor de cabeza desaparecerá. Hemos enviado a alguien..."
Tinúviel: "¿Sabes lo que ha hecho ese chaman con los que han ido a por el?."
Beraavaro: "Con este enviado no podrá." -Ríe- "Además hay que eliminarle pronto, o estaremos perdidos. Hay que recuperar lo que transporta y lo sabes. Ademas que no te mató y pudo." -Ríe estruendosamente y de forma maligna.
Tinúviel: "Si hubieras estado en ese momento, en vez de irte te habrías cagado también, condenado loco."
Beraavaro: "Podría ser, pero ahora estamos a salvo de el. Según me informaron se encuentra en Lunargenta, imagino que para emborracharse con su camarada. Malditos primos, los sin'dorei se han juntado demasiado con los orcos y los trol cogiendo sus vicios. Algún día me gustaría ver su preciosa ciudad en ruinas." - Vuelve a reír malignamente.- "No importa, pero se acerca el día señalado y hay que tener todo preparado."

   En algún oscuro y recóndito escondite, una extraña figura realiza un oscuro ritual; en un caldero con un liquido humeante y de color verde, este ser mezcla sus ingredientes en lo que parece ser un ritual vudú y contempla con aire distraído lo que podría ser el futuro o el presente de alguien...

jueves, 23 de abril de 2015

XIII - En busca de respuestas

   En una noche húmeda y lluviosa, se ve una figura cubierta con su capa andando por las desiertas calles de Ventormenta, mirando a todos lados por si alguien le sigue. Se dirige con rapidez a una cita a la que llega con poco tiempo y anda demasiado nervioso y preocupado.
Tras andar varios minutos por callejuelas, llega a una casa en uno de los barrios mas pobres de la capital de la Alianza y llama a su puerta. Tras ella se oye la voz de alguien que le pida el santo y seña y la misteriosa figura le contesta; a lo que se abre la puerta y dicha figura se introduce en la casa. La casa es un salón diminuto con un fuego encendido y en la que hay 5 personas reunidas, todas con cara de preocupación.

Figura 1: "Ya era hora que llegaras. ¿Te ha seguido alguien?."
Figura 2: "No, me he asegurado que no me siguiera nadie."
Figura 1: "Bien. Señores tenemos un gran problema, el chaman no ha muerto y ademas está iracundo. Destrozó a dos cazarrecompensas sin pestañear y eran los mejores."
Figura 5: "Señores, el problema es que tal vez se dirija hacia aquí para matarnos, o tal vez para conocer como librarse de su compañero de viaje."
-Figura 3: "Bien, que hacemos al respeto. ¿Nos quedamos y que nos destroce literalmente?."
-Figura 1: "Señores, tranquilidad. Hoy es nuestra última reunión, asi que cada uno vuelva a sus quehaceres y en un tiempo volvemos a contactar."

  En ese momento salen de la casa y se queda solo la figura 2. Se quita la capa y se puede ver a un elfo de la noche alto y estilizado como son todos los de esta raza. Tras unos instantes alguien llama a la puerta y el elfo abre la puerta pensando que algún miembro de la pasada reunión ha olvidado algo; en ese momento la cara del elfo tiene una expresión de absoluta sorpresa y no es para menos, ya que quien ha llamado a la puerta es Snotling, el chaman.

Snotling: "Hola Tinúviel, ¿me has echado de menos?."
Tinúviel: "Hola Snotling, ¿como has podido llegar hasta aquí sin levantar sospecha y ademas como sabias donde nos reuniríamos?."
Snotling: "Pues resulta que en el camino un pajarito me dijo como llegar hasta ti y tus amigos, pero llego tarde a la reunión..."
Tinúviel: "Maldito, no te diré nada de nada."
Snotling: "Ya es tarde para ti, pero quiero saber como expulsar al ente que habita en mi. Dimelo y tu muerte será agradable."
Tinúviel: "Jamas te lo diré, he soportado mil infiernos y nada de lo que me hagas me hará cambiar de idea."
Snotling: "De acuerdo, es tu decisión."

  En ese momento el chaman se da la vuelta y se larga por la puerta abierta mientras el aterrorizado Tinúviel muestra cara de sorpresa y se siente mas aliviado. En ese momento se escucha jaleo en la calle, un gran boquete se abre en la pared y aparece el chaman debajo de los cascotes. Tras el aparecen varios guardias de la ciudad buscándolo con la mirada y lo encuentran semiinconsciente, por lo que indican al sorprendido Tinúviel que se marche.
  Mientras esperan a que llegue un carromato para poder transportarlo, una sombra surge y saca un reluciente martillo a dos manos y derriba a los sorprendidos guardias. Los ata en la casa e intenta despertar al chaman caído; una vez consciente de lo que pasa se da cuenta que su salvador es su viejo amigo Bloodjol. Una vez en pie se marchan rápido hacia las cloacas para salir de Ventormenta sin ser vistos y salen de la ciudad en medio de la noche y se dirigen hacia el norte.

XII - El momento de la verdad

   En un claro de la selva de Tuercespina se observa un campamento con su fuego, su tienda de campaña y el olor de la muerte. En las cercanías del fuego se observa como hay dos cuerpos destrozados de humanos y junto a ellos un enano férreo se encuentra en trance frente al fuego.
Éste enano es Fión, que se encuentra cerca de su objetivo, la ciudad trol de Zul Gurub; está pendiente del fuego, absorto en sus pensamientos. Recuerda cuando combatió en el frio Norte, contra los elfos nocturnos en la Costa Oscura, a las órdenes de la Dama Oscura...

   No muy lejos de dicho campamento, en el camino al Bosque Oscuro, se encuentran Mauler y Galpo descansando. Estuvieron envueltos en una batalla campal en el Pantano de las Penas en donde los soldados de la Alianza intentaron asaltar el Rocal por superioridad numérica, pero los cazarrecompensas no tuvieron dificultad en asesinar fácilmente al Comandante y así desmontar el ataque. Los orcos imbuidos en el frenesí del combate asesinaron a casi todo el destacamento y persiguiendolos en su huida, llegaron hasta la fortaleza de la Alianza en donde tuvieron que retroceder para no ser victimas del fuego enemigo.
Por tanto los cazarrecompensas se habían ganado una buena bolsa de oro del orco al mando del Rocal, así como unas buenas cervezas y en ese momento estaban degustando de cerveza pandaren procedente del Valle de los 4 Vientos y unas costillas de jabalí.

  Casi sin darse cuenta se vieron envueltos en un ataque de una sombra que se movía demasiado rápida en la oscuridad de la noche. Les costó reaccionar pero entonces se dieron cuenta que les atacaba su presa y pensaron que como podía ser posible tal locura y además que ellos eran 2 y el enano solo uno. Cuando Galpo vio como el chaman aplastó la cabeza del goblin, la tierra empezó a temblar y el chaman entró en tal trance que repetía unas palabras antiguas y que hicieron sangrar a Galpo por los oidos tirandole al suelo intentando taparselos con las manos.
El chaman tenía los ojos en blanco, gritaba cada vez mas alto y la tierra del alrededor empezó a resquebrajarse y a salir magma liquido, Galpo intentó ponerse en pie y atacar al enano. Entonces sintió una presión en el cuerpo y al momento estalló convertido en una granada de carne, vísceras y sangre. Solo entonces el chaman dejó de entonar la fatídica cantinela de muerte y todo volvió al estado anterior al combate y se marchó por donde había llegado.

   El enano se dispuso a entrar en la ciudad trol de Zul Gurub para ver al Sacerdote Supremo Ruhjoa y poder volver a ser el orco que siempre fue. El Sacerdote Supremo le indicó que tenia la forma de que volviera a ser orco pero que tenia un problema mayor con el ente que albergaba en su interior, ya que habría que realizar un ritual peligroso y que solo una persona lo conocía, pero nadie sabe donde está.
Procedieron mediante rituales vudú a devolver la forma orca del chaman, rituales antiguos y que solo el Sacerdote Supremo conocia mediante el aprendizaje oculto. Después de varias horas, de Zul Gurub salió Snotling el chaman, ya que decidió que era hora de enfrentarse a su destino.