Instantaneas

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martes, 14 de junio de 2016

XXVII - El fuego hecho armadura

   Han pasado dos semanas desde que estuve en la Cuna de Invierno y me siento extrañamente poderoso, la presencia de un poderoso aliado que me ayuda a canalizar mis poderes chamanisticos con más facilidad y rapidez por lo que me hace ser más eficaz en combate. Me he pasado estas dos semanas meditando intentando comprender a mi aliado aunque es como la simbiosis y cada parte aporta al nuevo ser en que me he convertido.
   Los oficiales de Vengeful Horde han intentando ponerse en contacto conmigo pero no les he dejado, ya que tras volver de la Cuna, mi mente se encontraba dividida y no me sentía capaz de concentrarme en nada. Ahora que ya me encuentro repuesto me han pedido que investigue un par de barcos cerca de la costa sur de Durotan, al parecer son de la Alianza y hay que averiguar que traman. Me equipo mi nueva armadura y mis queridas mazas perdidas y me dispongo a partir hacia Cerrotajo, desde donde seguiré en mi lobo favorito a investigar dichos barcos.

   Una vez que llego a Cerrotajo me encuentro a Mordekay que se encuentra revisando a un regimiento de tropas enviadas por Vol'jin para reforzar Cerrotajo. Me indica que le siga a la taberna, a lo que nos sentamos en una mesa con dos jarras de cerveza pandaren. Tras irse la camarera me pregunta que tal me encuentro y le respondo que de maravilla, que necesitaba el descanso y relajarme, a lo que me pregunta sin rodeos si quiero hablar de lo que pasó en la Cuna. Le respondo que aunque se lo contara, no lo entendería y que tal vez más adelante si hable del tema. Le pregunto sobre su misión en Cerrotajo y me indica que hay rumores de un ataque por parte de la Alianza, tal vez alguna de las Hermandades que odian a Vengeful Horde, ya que en todos sus enfrentamientos el balance se inclina hacia la Horda.

   Salgo de la taberna, me dirijo a los establos para buscar a mi lobo favorito y me encamino hacia el sur para llegar a la costa tras una hora de camino por el desierto rocoso. Avisto a lo lejos a los dos barcos que me han pedido investigar, por lo que me detengo e intento ponerme en contacto con los elementos para evitar alguna emboscada. Tras comprobar que se encuentra todo tranquilo, vuelvo a montar en el lobo y sigo el camino hacia la costa donde se encuentran varados ambos barcos.



Desmonto del lobo, me encamino hacia el agua mientras susurro unas palabras a los elementares del agua para poder caminar por el agua hasta llegar al barco. Me introduzco en el barco y observo que se encuentra vacio tras registrarlo de arriba a abajo, por lo que me dirijo al puente y observo que el timón se encuentra atrancado y no se puede manejar.


   En ese preciso instante se acerca un dragón feerico hacia el barco y su jinete me indica que hacia tiempo que me esperaba y que aunque haya frustrado sus planes, hoy va a acabar todo para mi. Reconozco al jinete, un elfo de la noche de pelo azul que más de un quebradero de cabeza me ha dado. Sigue hablando sobre hechos ocurridos durante el Gran Cataclismo y que ahora sería un gran mago si no hubiera sido por mí. Me observa detenidamente y me dice que observa cambios en mi, tras lo cual hace girar a su dragón y se marcha volando mientras varios nagas salen del agua y suben al barco.